Siento alegría por ser discípulo de Jesús


Porque Dios me dio su Espíritu, y me ha hecho capaz de encontrarme con Jesús, su Hijo, y por Jesús he podido encontrar al Padre Dios, el Padre que me ama, me fortalece, me cuida y sostiene, me llama y me espera.

Porque el Padre Dios me ha enviado a su Hijo para que me guiara.


Porque Jesús me ha amado desde el principio, me ha llamado por mi nombre, y me ha conquistado el corazón. Porque me ha enseñado a ver su amor en todos los acontecimientos que me sucedieron.

Porque he experimentado su amor, inmensamente rico, y permanentemente fiel.

Porque he experimentado su perdón y la fuerza de su gracia que hace nuevas todas las cosas.

Porque he visto su paciencia para conmigo, y me ha ido enseñando al ritmo que yo me dejé enseñar.

Porque me ha transmitido el amor increíble del Padre. Porque me ha dado su Espíritu, que me hace ser hijo yo también.

Porque me ha levantado de mis caídas.

Porque me ha hecho comprender la maravilla de su plan de amor.

Porque me ha esperado todas las veces que yo me alejé.

Porque me ha visitado en la gente que me dio su mensaje.

Porque me ha enseñado a darme.

Porque me ha hecho dócil a la voz del Espíritu.

Porque me ha socorrido cuando necesité.

Porque me ha dado el ciento por uno en todo lo que yo dejé por Él.

Porque me ha dado las palabras de la vida eterna y plena que sólo Él tiene.

Porque ha sido inmensamente generoso conmigo.

Porque desde el principio puso sus ojos sobre mí y no ha dejado de mirarme con amor, y espero que nunca lo haga.

Porque me ha hecho comprender qué vale y qué no.

Porque me ha hecho tan feliz que me hace gozar cuando estoy con Él.

Porque me ha hecho comprender el impresionante valor de su cruz, de su pasión, muerte y resurrección.

Porque me ha roto los esquemas siempre.

Porque me ha ungido y hecho sacerdote suyo.

Porque me ha hecho servidor de los hombres.

Porque me ha hecho transmisor de su Palabra.

Porque me ha encomendado cosas enormes pero el que obraba era Él.

Porque me ha formado desde el vientre materno y me ha preparado desde temprano para la misión que me fue dando.

Porque cuando fallé en mis misiones me volvió a enseñar y a dar fuerzas para hacerlo de nuevo.

Porque me ha escuchado siempre. Porque ha tenido tantas delicadezas conmigo.

Porque ha escuchado mi oración por los demás.

Porque ha bendecido a través de mí. Porque ha hablado a través de mí, porque ha tocado a través de mí, porque ha consolado a través de mí.

Porque me ha llamado para que salga de mi sepulcro.

Porque me ha quitado la ceguera de mis ojos.

Porque me ha dado ser parte de su Iglesia.

Porque me ha dado su gracia por los sacramentos.

Por tanto, y tanto más que no alcanzo a decir, siento alegría de ser su discípulo.

¿Y tú, qué me dices de ti?
P. Juan.

2 comentarios:

miriam dijo...

hola padre juan. hermosas sus palabras. son esperanzadoras y de mucha luz.que don para problamar la palabra del Señor desde diversos ambitos: sean catequesis, homilías o estas ventanas que ahora utiliza para hacernos llegar a todos los que necesitamos palabras de guía.!
tambien el dibujo que las acompaña (conocido ) es representativo de las palabras de Mamerto Menapace: "no tenemos en nuestras manos la solución para los problemas del mundo, pero frente a los problemas del mundo tenemos nuestras manos".CUANDO EL sEÑOR DE LA HISTORIA VENGA, NOS MIRARÁ LAS MANOS.
Dios lo bendiga siempre...sé que nunca claudicará en su misión de proclamar el evangelio.
un sincero abrazo.
miriam

Abu dijo...

Señor, mi Dios amado, cuanto me has dado, cuanto me has pedido, cuanto me has ayudado. Sin Ti nada hubiese podido. Sin mi sí, a tu llamado, muchas cosas hubiesen quedado sin hacer y yo sería culpable. Sé Señor que mucho me he equivocado, que pude haber dicho mas veces que sí, que pude haber entregado mas mi debilidad a tus fuerza. Se que mucho camino he recorrido con imperfección y poca generosidad. Siempre quise dar lo mejor, pero mucho tiempo me costó entender que los proyectos son Tuyos y que no dependen de mis fuerzas ni de mis peleas ni de mis saberes, que sólo dependen de la docilidad y el amor que tenga para escuchate y tratar de seguir Tu Voluntad. Gracias Mi Señor por llamarme al camino de tus Discípulos y gracias por la Gracia de poder decirte SÍ.