¿Qué sentido tiene valorar el talento humano?

El talento humano, los talentos de cada hombre, las capacidades y fortalezas de cada uno, las riquezas naturales que cada uno posea, son precisamente eso, riquezas y recursos con los que podemos contar y contaremos si sabemos usarlos.

Inclusive, las debilidades que tenemos, bien asumidas son causa de generación de talentos que nos pueden reportar muchos beneficios.

No es conveniente quedarse en la visión parcial de que vale más el que más beneficios reporta a la empresa, y por ende, vale menos el que menos beneficios reporte. La empresa es como un cuerpo, donde la planta de los pies, muchas veces oculta, es la que sostiene todo el cuerpo al momento de estar de pie o caminando o corriendo. No siempre lo que más se ve es verdaderamente lo más importante. Todos vemos las caras de los otros, y por ella nos expresamos de infinidad de maneras, y mostramos hasta lo que no debemos mostrar. Pero si bien decimos que un rostro de buena presencia es atractivo y agradable de ver, no lo es menos la mirada. Una mirada demasiado calculadora despierta sospechas.

En una empresa, al valorar los riesgos posibles en el trabajo, en el desarrollo de los diversos procesos, cada intervención del hombre puede reportar beneficios o quitarlos. Muy pocas decisiones son neutrales. Por esa razón no se debe despreciar la necesidad de la capacitación para el uso y desarrollo de los talentos humanos, no solo vistos y operados individualmente, sino también, en equipo y como cuerpo.

Las diversas áreas de planificación, evaluación de beneficios-costos-riesgos, gerenciamiento, desarrollo, mantenimiento, capacitación, política ambiental, seguridad y salud ocupacional, etc., se interrelacionan y se vuelven interdependientes necesariamente. Las variaciones que deben enfrentar cada área, por las condiciones contextuales y los requerimientos humanos de toda índole, hacen indispensable un trabajo interdisciplinario permanente y por lo tanto, la capacidad de aprender es una de las capacidades primarias a adquirir y desarrollar. Necio es quien cree saberlo todo.

La superación de rivalidades, de posturas cerradas, de problemas personales y de relaciones humanas, de límites psicológicos, de límites intelectuales y prácticos, de desinteligencias emocionales o afectivas o intelectuales u operacionales, es la meta de cercano y mediano plazo que posibilitan el afianzamiento de logros a largo plazo.

Cada ser humano es rico en más de una cosa, porque tiene una carga de conocimientos y prácticas adquiridas muchas veces única. Si se es consciente de la riqueza personal se tiene conciencia también de la riqueza de los demás, que no se la puede medir sólo con los títulos. La evaluación de la experiencia, de las habilidades, de los conocimientos y de la capacidad de resolver problemas, debería darse frecuentemente para la promoción de los talentos, para descubrir los puntos débiles de la capacidad de los miembros de la empresa, y para planificar organizadamente la capacitación de todos.

La capacitación, por tanto, de los miembros de la empresa abarca los siguientes aspectos: motivación, comunicación, roles y responsabilidades, conocimientos, experiencia, habilidades, competencias, liderazgo y trabajo en equipo. Como hemos visto, los talentos humanos, son parte de los aspectos a capacitar, y por esa razón deben ser adecuadamente valorados y tenidos en cuenta, potenciados y cuidados para que su riqueza no se pierda.

Los talentos humanos son la suma de todas las actitudes, habilidades, competencias, experiencias y fuerzas que cada miembro de la empresa posee. Ése es el capital que aporta cada uno a la empresa y por tanto como tal debe ser valorado y justipreciado. Una recompensa adecuada, incluso en lo económico, en el reconocimiento y en la promoción, es el estímulo justo que necesita cada miembro de la empresa para crecer con ella y hacerla crecer con él.
P. Juan

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este tema de las personas dentro de la empresa, de su capacitación, de descubrir que sabe cada uno, que capacidades, o talentos, tiene y quiere hacer florecer es primordial en una empresa de hoy.
Antiguamente para la calidad sólo contaban los productos , después fueron los procesos, ahora se ve que cada persona dentro de la empresa es valiosa.
Esta conciencia de su propio valor, unida al aprecio del valor de los otros genera en cada fábrica (yo estoy relacionada con las de plásticos) una corriente de responsabilidades, mejora las relaciones humanas, logra la unión para mejorar todos los aspectos de la fábrica.
Lo he visto en personas muy sencillas, con mucho sentido común que aportan ideas muy interesantes para el lugar donde trabajan. También he visto CEOS de empresas y jefes de plantas industriales que me decían : "hemos comprobado que el operario que está al pie de la máquina si es apreciado responde con buenas ideas, a veces tan geniales que a los que tenemos estudios universitarios no se nos hubiesen ocurrido".
Este reconocimiento se suele dar en lugares pequeños o grandes donde cada persona es valorada, donde se escuchan las opiniones y la gente las dá porque sabe que será oida y tenida en cuenta.
También he visto lo contrario:
Gente que no valora a los demás y tampoco a sí mismo.
Que tiene miedo constante de que otro ocupe su puesto.
Que esconde y no comparte lo que sabe.
Que se alegra de los errores ajenos.
Que a cada error lo ve como la posibilidad de echar a alguien, en lugar de ver el error como la posibilidad de superarlo y establecer mejores formas de trabajo.
En esos lugares se respira el miedo, no se trabaja a gusto, se habla a las espaldas, la autoridad es "aguantada" no respetada.
Comparto la necesidad de capacitar a cada uno y en mi trabajo intento capacitar y que cada uno sea capacitador del resto. Que cada uno reconozca que los talentos recibidos son para hacerlos crecer y para compartirlos.
Así haremos de los lugares de trabajo lugares en los que viven personas, lugares en que la vida es apreciada y enriquecida.