El hombre, cualquiera sea su posición dentro de una empresa, se ubica frente a la misma y a losdemás de acuerdo a cómo se conciba a sí mismo, en primer lugar, y cómo conciba a los demás. Ese concepto, a su vez, depende de cómo le han hecho entender a lo largo de la vida, los demás, que se debe concebir a sí mismo y a los demás. Venimos al mundo porque otros nos hacen venir, y aprendemos en el mundo porque otros nos enseñan, hasta que vamos aprendiendo a tener nuestros propios conceptos y hacemos nuestros propios juicios. Simplemente porque somos seres sociales, estamos transidos de la opinión, pensamiento y querer de los otros. Eso no significa que estemos, por esa sóla razón, guiados por la verdad.
El hombre debe buscar la verdad de su ser, de su pensar, de su querer, de su obrar. Si no lo hace, vivirá sin ser, pensará con errores, querrá lo que no le hace bien, obrará dañándose o dañando.
El hombre tiene capacidad de pensar sobre sí mismo, de tener autoconciencia, de mirarse objetivamente, de reformarse guiado por la verdad razonada o intuida, de hallar el sentido de lo que posee, hace, piensa y vive.
Le es indispensable al hombre hallar el sentido de todo, porque sin sentido no se vive, se dura, incluso poco.
Muchas cosas son dadoras de sentido, pero no todas tienen la misma importancia. Analicemos algunas respecto al trabajo:
• la razón primaria del trabajo para muchos es subsistir: eso significa que el objetivo está en lo que se percibe por el tiempo y el esfuerzo, las capacidades y aportes, que el trabajador dedique a su trabajo en vistas de su recompensa salarial, pues ese salario tiene a su vez su destino que es la subsistencia.
• La razón del trabajo para otros es el crecimiento de sus riquezas: eso significa que el objetivo está en aumentar lo que ya tiene, invertiendo con o sin riesgo, combinando esfuerzos con otros, mejorando los proyectos y los logros.
• Para otros, por mayor conciencia humana, la razón del trabajo está en mejorar la calidad de vida, más allá de los ingresos, más allá de los beneficios económicos. Ganar no siempre significa contar con más dinero para el consumo.
El hombre que se precie de ser hombre, de ser humano, se debe a sí mismo tener claro el sentido de lo que hace, bajo pena de entrar en crisis a corto plazo y perder el sentido de su vida.
¿Quién soporta vivir sin sentido?
Junto a esto, el hombre, hoy y siempre, tiene que ser consciente que no viene solo, no está solo,no vive solo. Si no hubiese tenido a otros que se ocupen de él no habría susbistido, no habría sobrevivido. Si no se ocupa de los otros, ni los otros ni él mismo, subsistirán. ¿Quién soporta vivir absolutamente solo?
También nos debemos preguntar, con todo el dramatismo de la misma pregunta: ¿Quién soportaría vivir sin mundo?
Estas tres preguntas pueden suscitar respuestas criteriosas al momento de tomar decisiones:
Preservar el mundo, como recurso y por sobre todo como casa, es indispensable para seguir existiendo. Preservar la sociedad, en todos sus estamentos, como fuente y sostén de vida, también es indispensable para seguir existiendo. Conocer y asumir el sentido verdadero de las opciones y decisiones humanas es indispensable para seguir existiendo con cordura.
En una empresa en donde estos tres temas no se debaten frecuentemente para hallar el eje que equilibre, precisamente, se termina desequilibrando y cae.
La visión que debe tener una empresa de sí misma no debería ser parcial, es decir, pasar exclusivamente por lo económico, puesto que lo económico sólo es uno de los aspectos de laactividad humana. Si no se tienen en cuenta los otros aspectos, como el sentido de la vida, de la sociedad, del trabajo, del esfuerzo, de la conducción, del liderazgo, de la cooperación, de la colaboración, de la solidaridad, del bien común, de la verdad, de lo que consideramos valioso, tarde o temprano la empresa colapsa porque sus fundamentos, por ausencia, no la sostuvieron.
Por el contrario, si la empresa dedica tiempo a pensar en esos fundamentos, dedica procesos de compartir esos fundamentos en todos los estamentos de la empresa, las responsabilidades se asumen más coordinadamente, habría mayor corresponsabilidad, todos serían capaces de ver que todos son importantes dentro de la misma, y que todos se necesitan. Invertir tiempo en la profundización del sentido de lo que se realiza ahorra esfuerzos y riesgos a corto, mediano y largo plazo. Formar el criterio es tan necesario como capacitar técnicamente.
Una imagen podría servir para tener una perspectiva diferente del sentido de formar parte de una empresa: Se usa frecuentemente la imagen de la pirámide, pero propongo la de un «lienzo» o un «poncho» extendido horizontalmente, un tejido que debe ser tenido desde todas partes para que no se arrugue porque ese tejido debe sostener lo más preciado para nosotros que son la familia, la vida de los que dependen de nosotros porque les hemos dado la vida. Pongamos sobre el lienzo todas las familias de todos los de la empresa, incluso de los que se creen «arriba». Y nos daremos cuenta que todas las familias dependen de todos los miembros de la empresa, porque si un sector o uno de los que sostiene el tejido las familias quedan sin sostén. Todos somos necesarios en esa perspectiva, y por tanto, nadie es tan prescindible, a no ser que a propósito o por negligencia contumaz atente contra el tejido. Por esa razón también se deben redistribuir los beneficios de la empresa de una manera más equitativa porque de lo contrario se atenta contra la opción de cada individuo o sector de sostener el tejido.
Continúa en "Qué sentido tiene valorar el talento humano"
El hombre debe buscar la verdad de su ser, de su pensar, de su querer, de su obrar. Si no lo hace, vivirá sin ser, pensará con errores, querrá lo que no le hace bien, obrará dañándose o dañando.
El hombre tiene capacidad de pensar sobre sí mismo, de tener autoconciencia, de mirarse objetivamente, de reformarse guiado por la verdad razonada o intuida, de hallar el sentido de lo que posee, hace, piensa y vive.
Le es indispensable al hombre hallar el sentido de todo, porque sin sentido no se vive, se dura, incluso poco.
Muchas cosas son dadoras de sentido, pero no todas tienen la misma importancia. Analicemos algunas respecto al trabajo:
• la razón primaria del trabajo para muchos es subsistir: eso significa que el objetivo está en lo que se percibe por el tiempo y el esfuerzo, las capacidades y aportes, que el trabajador dedique a su trabajo en vistas de su recompensa salarial, pues ese salario tiene a su vez su destino que es la subsistencia.
• La razón del trabajo para otros es el crecimiento de sus riquezas: eso significa que el objetivo está en aumentar lo que ya tiene, invertiendo con o sin riesgo, combinando esfuerzos con otros, mejorando los proyectos y los logros.
• Para otros, por mayor conciencia humana, la razón del trabajo está en mejorar la calidad de vida, más allá de los ingresos, más allá de los beneficios económicos. Ganar no siempre significa contar con más dinero para el consumo.
El hombre que se precie de ser hombre, de ser humano, se debe a sí mismo tener claro el sentido de lo que hace, bajo pena de entrar en crisis a corto plazo y perder el sentido de su vida.
¿Quién soporta vivir sin sentido?
Junto a esto, el hombre, hoy y siempre, tiene que ser consciente que no viene solo, no está solo,no vive solo. Si no hubiese tenido a otros que se ocupen de él no habría susbistido, no habría sobrevivido. Si no se ocupa de los otros, ni los otros ni él mismo, subsistirán. ¿Quién soporta vivir absolutamente solo?
También nos debemos preguntar, con todo el dramatismo de la misma pregunta: ¿Quién soportaría vivir sin mundo?
Estas tres preguntas pueden suscitar respuestas criteriosas al momento de tomar decisiones:
Preservar el mundo, como recurso y por sobre todo como casa, es indispensable para seguir existiendo. Preservar la sociedad, en todos sus estamentos, como fuente y sostén de vida, también es indispensable para seguir existiendo. Conocer y asumir el sentido verdadero de las opciones y decisiones humanas es indispensable para seguir existiendo con cordura.
En una empresa en donde estos tres temas no se debaten frecuentemente para hallar el eje que equilibre, precisamente, se termina desequilibrando y cae.
La visión que debe tener una empresa de sí misma no debería ser parcial, es decir, pasar exclusivamente por lo económico, puesto que lo económico sólo es uno de los aspectos de laactividad humana. Si no se tienen en cuenta los otros aspectos, como el sentido de la vida, de la sociedad, del trabajo, del esfuerzo, de la conducción, del liderazgo, de la cooperación, de la colaboración, de la solidaridad, del bien común, de la verdad, de lo que consideramos valioso, tarde o temprano la empresa colapsa porque sus fundamentos, por ausencia, no la sostuvieron.
Por el contrario, si la empresa dedica tiempo a pensar en esos fundamentos, dedica procesos de compartir esos fundamentos en todos los estamentos de la empresa, las responsabilidades se asumen más coordinadamente, habría mayor corresponsabilidad, todos serían capaces de ver que todos son importantes dentro de la misma, y que todos se necesitan. Invertir tiempo en la profundización del sentido de lo que se realiza ahorra esfuerzos y riesgos a corto, mediano y largo plazo. Formar el criterio es tan necesario como capacitar técnicamente.
Una imagen podría servir para tener una perspectiva diferente del sentido de formar parte de una empresa: Se usa frecuentemente la imagen de la pirámide, pero propongo la de un «lienzo» o un «poncho» extendido horizontalmente, un tejido que debe ser tenido desde todas partes para que no se arrugue porque ese tejido debe sostener lo más preciado para nosotros que son la familia, la vida de los que dependen de nosotros porque les hemos dado la vida. Pongamos sobre el lienzo todas las familias de todos los de la empresa, incluso de los que se creen «arriba». Y nos daremos cuenta que todas las familias dependen de todos los miembros de la empresa, porque si un sector o uno de los que sostiene el tejido las familias quedan sin sostén. Todos somos necesarios en esa perspectiva, y por tanto, nadie es tan prescindible, a no ser que a propósito o por negligencia contumaz atente contra el tejido. Por esa razón también se deben redistribuir los beneficios de la empresa de una manera más equitativa porque de lo contrario se atenta contra la opción de cada individuo o sector de sostener el tejido.
Continúa en "Qué sentido tiene valorar el talento humano"